lunes, 19 de noviembre de 2012

Nuevo proceso Constitucional

Han finalizado las elecciones en “El País Vasco”, también en ” La Comunidad Gallega” y quedan unos cuantos días para que se celebren las correspondientes en “La Comunidad Catalana”. Es de esperar un periodo de reposo en cuestiones de campañas electorales, que alteran los nervios de los potencialmente elegibles y sumen en el aburrimiento a la mayoría de los electores. Este periodo debería aprovecharse para, calmadamente, hacer algo, que reordene algunas cuestiones, de especial susceptibilidad.

La situación económica parece que se va encauzando, hasta donde es posible encauzarla y desde luego con una absoluta disconformidad de la mayoría de los ciudadanos, totalmente convencidos, con razón o sin razón, de que las decisiones adoptadas para resolverla, no han repartido equitativamente esfuerzos y sacrificios y que en la mayoría de los casos se ha obviado exigir responsabilidades a quienes como responsables, por acción u omisión, del origen de la crisis, se vienen denunciando, como presuntos, en los medios de comunicación.

En un repaso muy rápido y desde luego no exhaustivo, tenemos sobre la mesa o mejor sobre la calle las siguientes cuestiones: La nueva estructura del Estado. Las sentencias, tiempos y prescripciones  de la Justicia, la  Enseñanza  y la Sanidad, los dos pilares de lo que se denomina “El Estado del Bienestar”, ya que los mensajes lanzados sobre la ciudadanía, asegurando su deterioro, su alejamiento de la cobertura universal y de calidad, son permanentes.

El problema de la vivienda, los desahucios, y la dación en pago se está convirtiendo en una cuestión de ámbito nacional, con desprecio de normas jurídicas y de criterios políticos de convivencia social. El sector financiero es mirado con rencor, como principal posible culpable y beneficiario de un trato privilegiado con cargo a los fondos de todos los ciudadanos. La corrupción de miembros de las Administraciones Públicas, ya sean políticos, aforados o no, o de altos o medianos funcionarios, o de sus choferes y secretarias, ocupan las primeras planas de los medios de difusión.

Los políticos son para los ciudadanos, según encuestas publicadas, el tercer problema del Estado. No se considera que cumplan con su función representativa, generada en función de procesos electorales inadecuados. Se estima gozan de privilegios financieros, en sueldos, dietas, tratamiento fiscal, pensiones, amén de impunidad en ciertas áreas y tratamiento especial en procesos que nada tienen que ver con su función política, y todo ello es  considerado intolerable.

No hay otra respuesta a la actual situación que abrir un nuevo proceso constitucional. La actual Constitución Española, se redactó en circunstancias muy excepcionales, no es adecuada a los tiempos actuales y está sirviendo de referencia para no iniciar procesos de saneamiento que son absolutamente necesarios. La Constitución española se ha quedado obsoleta. El no adecuarla a la problemática actual de los ciudadanos españoles, es un delito político, que pagarán no sólo quienes han debido iniciar el proceso de adaptación, si no también y para no variar, los de siempre.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

¿Que Quieren los Ciudadanos?

Aunque nos parezca, a algunos,  que el nombrar gobernantes ha de hacerse mediante el voto ciudadano, esta fórmula es más reciente de lo que podamos sentir. La mayor parte de los españoles  hemos vivido en democracia,  y de otros sistemas de gobierno, o lo hemos leído en los libros o nos lo han contado nuestros padres. Y quizás el que sea este sistema nuestro único conocimiento sensible, nos hace ser un tanto frívolos al juzgarlo, utilizarlo y someterlo a riesgos de permanencia.

Cuando los ciudadanos no votaban, los dirigentes tenían una tremenda tendencia a conducir al pueblo  hacia la transcendencia. Conceptos como religión y patria se utilizaban constantemente, y símbolos como banderas, himnos, cruces y santos, marchaban al frente de masas que no sabían hacia donde iban. Marchaban tras los reyes, los caudillos, los dirigentes, ungidos por ellos mismos, pero en nombre de lo transcendente.

Pero en un mundo de cultura occidental, esos tiempos ya pasaron; quedan pequeños núcleos, con niveles culturales inferiores, con ancestrales odios sin resolver y en general cultivados por quienes los dirigen, y en base a ello se sigue con la retórica política de hace más de cien años, sin asumir que los ciudadanos, hoy piden otras cosas, ya hartos de transcendencias.

El ciudadano de hoy quiere que a cambio de su voto, de ceder su cuota de derecho a decidir sobre su vida, se le ofrezcan  inmediateces esenciales para poder vivir con calidad y en su libre albedrio, no transcendencias, en definitiva “poder llegar a fin de mes”.

Quiere que se le exponga como va a conseguir un puesto de trabajo, como va a obtener una remuneración suficiente para poder llevar una vida de calidad, o cómo va a poder ejercer su profesión libremente y con un decoro remunerativo. El que se siente con alma de empresario querrá que le cuenten como se generará un ámbito financiero y económico en el que las empresas sean viables y un honesto medio de vida. Y también querrá escuchar cómo se hará para que la seguridad ciudadana sea cierta y para que la Justicia sea eso, justicia en tiempo y forma.

Y todo ciudadano desea, que se le garantice que si él aporta su esfuerzo podrá disponer de una vivienda suficiente, cómo va a ser atendido si caen en enfermedad él o los suyos. Desea saber cómo se le garantiza una educación a sus hijos, según la capacidad de los mismos pero suficiente para el día de mañana encontrar trabajo. Y quiere tener garantizado que cuando llegue el momento en que se deba retirar del mundo del trabajo, disponga de una pensión suficiente y no burlesca que le lleve a la miseria.

Alucina el contemplar que, aun hoy día, hay quienes piden el voto, alzando una bandera y gritando nuestra patria. La patria es todo lo que los ciudadanos piden en trocitos, día a día, cuando piden trabajo, vivienda, enseñanza, sanidad,  seguridad y justicia. Y esto es lo que se debe ofrecer a cambio del voto, explicarlo y en su día cumplirlo.

Cuadrando Círculos

Hay dos índices, de los muchos en uso, para exponer la evolución económica de un país: el denominado P.I.B. (Producto Interior Bruto), que representa, con matices, la evolución de la riqueza de un país, si aumenta es que la situación económica mejora y si baja es que la situación empeora; y el índice de paro, que según va aumentando indica que hay más trabajadores parados y si baja que hay menos, podríamos decir que este es el índice de malestar social.

El deseo de todo gobernante y con seguridad de todos los protagonistas sociales, partidos políticos, sindicatos, patronal e instituciones varias, es por tanto que el primero, el P.I.B aumente y que el segundo disminuya. Y se suele expandir la creencia que ambos índices, mantienen una relación de crecimiento inverso, el paro disminuye cuando crece el P.I.B. y viceversa, pero esto no siempre es así.

Creo que se podría afirmar que el crecimiento del P.I.B. es condición  necesaria para que el paro disminuya, pero no condición suficiente.

La inversión española en el extranjero, magnífica y meritoria, indudablemente hará crecer nuestro P.I.B. y también la recaudación fiscal, pero su incidencia sobre el índice de paro será menor de lo que se supone. La mayor parte de los trabajadores serán contratados en los puntos donde las obras o contratos se ejecuten, es decir fuera de España, y una gran parte de los suministros necesarios no serán de procedencia española.

Las empresas españolas tienen, en el momento actual, un alto nivel de infrautilización, es decir con los mismos medios que están utilizando pueden aumentar su producción en forma importante, por tanto, se incrementará su aportación al  producto interior, y también mejorará el índice de competitividad, pero no incidirá igualmente en la mejora del volumen de paro.

Y analizando el futuro del volumen de paro en España, no podemos pasar por alto que se ha estado clamando por un adelgazamiento de la Administración Pública, es decir, cientos de personas ya sea con calificación de laborales o de funcionarios. Muchos quizás pasen a aumentar el número de jubilados pero una gran proporción pasarán a engrosar las listas del paro. Se habla de un exceso de personal en la Administración del entorno de un millón de personas. Muy pocos están en condiciones de incorporarse a empresas privadas.

Puede que si se toman las medidas adecuadas, nos encontremos con un importante crecimiento del P.I.B. y nos felicitaremos, pero con cerca de seis millones de parados. Como ello socialmente es imposible de mantener habrá que ir cambiando la filosofía sobre la creación de nuevas actividades que generen gran número de puestos de trabajo e incluso del reparto de las horas de trabajo disponibles.

lunes, 29 de octubre de 2012

Federalismo o Autonomía

No parece que la actual situación, en relación con la estructura del Estado Español, pueda mantenerse indefinidamente, a base de mirar para otro lado, ya se trate de aspiraciones  de los ciudadanos de determinadas autonomías o de meras maniobras políticas.

En términos generales, los conocedores de estos temas dicen que las diferencias entre un Estado Federal y el existente Estado de las Autonomías, que estructura la Nación española,  no parecen ser muy relevantes. Los territorios que forman parte del estado central (Federación) se llaman a su vez Estados (Federados), y tienen su propia Constitución. En España son Comunidades Autónomas y tienen Estatutos de Autonomía.

Pero es cierto que la mayoría de los ciudadanos de esta nación, desconocen totalmente las consecuencias inmediatas y posteriores, directas e indirectas, que un cambio de tal naturaleza supondría.

Creo que convendría que se diese a conocer, qué supondría para los ciudadanos españoles un posible cambio a un Estado Federal; qué supondría para sus empresas; para las relaciones entre los ciudadanos de los posibles estados federados; las competencias que se mantendrían en los órganos institucionales comunes y las que asumirían los propios de cada autonomía; las consecuencias en el área económica y financiera; la posibilidad de convivir con legislaciones civiles, mercantiles, administrativas y penales diversas; que instituciones sobrevivirían, cuales desaparecerían, y cuales se duplicarían.

Sobre todo este proyecto siempre volará una sombra, la asimetría. Esto quiere decir que algunos Estados Federados tengan mas cuota de autogobierno y se consideren con  más derechos, que han de tener mayor participación en el todo, que  si hay justicia ellos han de ser más, recibir más y tener más. En un Estado federal “simétrico”, cada territorio tiene los mismos poderes y las mismas competencias que el resto, en un Estado Federal “asimétrico” puede haber uno o varios territorios que tengan mas competencias que el resto. De hecho el estado autonómico español es  asimétrico, por ejemplo, Navarra y País Vasco tienen mas competencias  en materia fiscal que el resto de las Comunidades.

En todo caso el establecimiento de un modelo federal en España, se debería hacer mediante una reforma constitucional que requerirá del máximo consenso entre los partidos y los ciudadanos. Cuando exista un didáctico informe con proyección de convertirse posteriormente en norma constitucional, dado a conocer y debatido en los medios políticos, empresariales y en los medios de comunicación, se debería convocar un referéndum, para que los ciudadanos se pronuncien y en su caso se proceda a modificar la actual Constitución. Pero antes de meternos en semejante pantanal a ver si conseguimos que sepamos donde nos metemos.

lunes, 1 de octubre de 2012

Independencia

Ante una permanente y constante demanda de Cataluña, que por su propia dinámica siempre será imposible de satisfacer, de un trato más favorable que el actual, sobre todo en el área económica, salta a primer plano la palabra independencia.

En primer lugar sería muy discutible, y desde luego necesario comprobar, hasta donde el ansia de independencia impregna el sentir de la mayoría de los ciudadanos catalanes, y hasta donde es un instrumento que círculos políticos utilizan en simple provecho propio, sin el menor escrúpulo del daño que puedan causar al colectivo que representan, aunque, eso sí, hayan sido elegidos democráticamente.

Quizás, en vez de envolverse tanto en la bandera y entonar su himno, lo que es importante para un pueblo, digno de respeto, debería  exponerse a los ciudadanos, con claridad, cuál son las dificultades del camino a recorrer, si se toma una dirección u otra, y las consecuencias inmediatas y  a medio y largo plazo.

Una Cataluña independiente quedaría fuera de la Unión Europea y no podría acceder a ella más que con el voto afirmativo de la totalidad de sus miembros, entre ellos España.
Un estado soberano e independiente, creo recordar, que tenía como características: Moneda y Hacienda propia, Servicio Exterior propio, Justicia independiente y Ejército nacional. De la nueva situación se derivan una serie de preguntas, que merecen respuesta y aclaración para ciudadanos cuya vida daría un giro de ciento ochenta grados y que en su mayoría no saben que hay en el nuevo camino que se les propone recorrer.

¿Los ciudadanos con residencia en Cataluña habrían de exhibir un pasaporte de país extracomunitario para entrar en los países de la Unión Europea, incluso en España? La libre circulación de ciudadanos es para los que lo son de la Unión Europea, no para los de terceros países. ¿Se establecería una nueva normativa sobre inmigración y libre circulación de mercancías? ¿Quedaría monetariamente Cataluña fuera del Euro?¿Dispondría Cataluña de un ejército propio que le permitiese adherirse a la O.T.A.N y atender su colaboración con el resto de los países de la Unión Europea?¿Está Cataluña en condiciones de instaurar los Servicios Exteriores, es decir embajadas y consulados en las naciones del resto del mundo, que su independencia exigiría?

Si se pretende, mediante un proceso público consultivo, conocer lo que los ciudadanos quieren, habrá que empezar por que conozcan las consecuencias de su respuesta, si no toda respuesta estará carente de sentido.

Elisa Martínez de Miguel
2013

martes, 25 de septiembre de 2012

Justicia, Solidaridad o Beneficencia

De nuevo la discusión sobre la financiación de las Pensiones. Según mi opinión es de absoluta prioridad dar una nueva solución al problema de las jubilaciones y  régimen de pensiones en nuestro país.

La financiación del sistema de pensiones no puede seguir siendo una consecuencia de aportaciones pretéritas coactivamente determinadas y exigidas por la Administración.  Su financiación ha de proceder, en su totalidad, de los Presupuestos Generales del Estado y de las Autonomías y ha de constar, en ellos, como primera partida del Gasto Publico anual.

Ahondemos en la razón ética y solidaria del porqué de las pensiones.

Quienes durante años han trabajado, para mantener a las generaciones actuales y en proceso de  maduración, y que mediante su esfuerzo y privaciones han conseguido nuevos niveles de riqueza, mejores niveles de vida, son acreedores preferentes para que en el momento de ser sustituidos en sus lugares de trabajo continúen siendo mantenidos con la riqueza que se siga produciendo y en unos niveles que les permitan sobrevivir dignamente.

Y son acreedores preferentes, tan sólo porque trabajaron, porque en su día aportaron riqueza, porque su trabajo y el fruto de su esfuerzo permanecen para el disfrute de quienes les continúan. No en función de que ahorraron o dejaron de ahorrar. Quizás lo que queremos hubiesen ahorrado lo gastaron en quienes ahora los miran como una carga.

En resumen en un tema de solidaridad social, en cuanto no se puede permitir que quienes han perdido la capacidad de generar recursos para sobrevivir, por enfermedad o ancianidad, perezcan en  la indigencia. Lo cierto es, que duramente se sobrevive con la mayoría de las pensiones y, que el descenso en el nivel de vida de los perceptores, en el momento de pasar a la situación de pensionista, es general y muy notable.

La atención del pago de las pensiones en función de la cuantía aportada en su día por los actuales perceptores es imposible de mantener. Los procesos inflacionistas se llevarán por delante cualquier tipo de situación que, en un principio,  se estimase equilibrada. La Administración, por la propia naturaleza de su función, carece de posibilidad de gestionar fondos que recuperen la pérdida de poder adquisitivo.

Los periodos de cobro de pensiones se van a alargar permanentemente durante los próximos años, las mejores condiciones de vida permitirán a las actuales generaciones con edades en el entorno de los treinta años cumplir con facilidad los noventa años de edad media.

La edad de jubilación, es decir la edad en que habrán de retirarse los trabajadores, en un plazo inmediato, se tendrá que adelantar y no retrasar como artificiosamente se está defendiendo.

La masiva medida de acudir a las jubilaciones anticipadas en los últimos años demuestra que la realidad de las empresas no es mantener trabajadores a partir de determinada edad sino sustituirlos por trabajadores más jóvenes.

El actual sistema de pensiones no es viable por muchos cálculos y números que se hagan. Falla en su principio. La financiación y cuantificación individual no puede depender de la capacidad de ahorro personal.

Y una última reflexión:

En una nación donde rondamos el 26% de paro y en la que el que el paro juvenil se estima supera el 50%. ¿Es coherente alargar la edad de jubilación?. Parece mucho más lógico anticipar la edad a la que las generaciones mayores van dejando lugares libres a las nuevas generaciones y no al contrario. 

Elisa Martínez de Miguel
Septiembre 2012

viernes, 21 de septiembre de 2012

¡No es el Momento!

Reiteradamente en los medios cuando alguien se levanta indignado sobre algún comportamiento acaecido poco ético y pide que se tomen medidas al respecto, hay quién le responde: “No es el momento”.

Pero ¿No es el momento, de qué?, pues no es el momento de encausar judicialmente a personas que, supuestamente, se han quedado con lo que no es suyo, que, supuestamente, han abusado de  situaciones de poder para enriquecerse o enriquecer a familiares o amigos o que, supuestamente, con la más absoluta incompetencia han administrado patrimonios ajenos arruinando a numerosas personas que les habían otorgado su confianza.

Pudiera ser que las dichas personas no sean culpables de actividades o actos delictivos. Lo que parece indudable es que se prestó dinero a quien  no tenía ni tendría capacidad para devolverlo, que  financiaron gigantescas estructuras sin disponer de fondos para hacerlo y parece indudable que por motivaciones políticas, que no económicas, se han financiado proyectos cuya rentabilidad no era previsible ni la recuperación de lo prestado posible.

Esta probado que esto se ha hecho con dinero y crédito de entidades públicas, que estas si eran de todos, y que estas entidades han quedado arruinadas, que ha habido que disolverlas y tras extraños procesos de fusión hacerlas desaparecer, con gravísimo perjuicio para el patrimonio público de los ciudadanos

Yo no me puedo creer que nuestra legislación no prevea, en ninguno de sus numerosos textos ya sea Código Penal, Código Mercantil, Legislación societaria o legislación aplicable a la gestión pública, que las conductas que se han puesto de manifiesto no den lugar al menos a que a los responsables de las debacles financieras producidas, de las quiebras y suspensiones de pagos generadas, que ante la ruina causada a cientos de empresas y particulares y la responsabilidad, desde luego indirecta, en la catastrófica situación de la economía del país, no existan argumentos para que las Fiscalias de este país pongan a disposición de los tribunales de justicia a los interesados.

La sensación o convencimiento, que tiene la ciudadanía, de que la “Impunidad” es la norma general que rige para las actuaciones de las personas integradas en cierto nivel social, es absoluta.
Es el momento. Decir que no, es colaborar en los procesos de impunidad si hay culpabilidad y en los de desaliento, insolidaridad y desintegración del país si son inocentes y no se aclaran las situaciones.
¿Cuándo va a ser el momento?: ¿Cuando la situación general de la economía española se haya estabilizado y sepamos cuantos años de ruina nos quedan hasta volver a mantenernos con una cierta dignidad en los foros internacionales?.

Para entonces habrá una absoluta desconfianza en los gestores públicos y tristemente también en la denominada, Justicia Española. Los posibles delitos habrán prescrito y la responsabilidad patrimonial derivada será prácticamente inexigible. Es decir impunidad total.

Alargando la Vida Laboral

De todos los graves problemas que inundan la economía española, a los que la ciudadanía es más sensible son a aquellos que, en manera conjunta y simplificada, pone de manifiesto el coeficiente de la tasa de parados existente.

Uno de ellos, y muy grave es de los jóvenes que habiendo terminado sus procesos de formación, pretenden conseguir una autonomía económica suficiente para organizar su vida presente y futura.

Por lo que no entiendo las medidas encaminadas a propiciar el alargamiento de la vida laboral de los que ya disfrutan de un puesto de trabajo; es decir el alargamiento de la vida laboral mediante el retraso de la jubilación.

El coste para la Administración de la actual masa de ciudadanos parados e improductivos es muy elevado. Coste por los abonos en concepto de paro como indirectamente al tener que estar inventando cursos y cursillos de todo tipo para tenerlos ocupados.

El colectivo que se mantiene sin jubilarse tiene un importante coste para las empresas. Las correspondientes remuneraciones han de mantenerse y la productividad a partir de cierta edad va disminuyendo. Con conocimientos en las nuevas tecnologías insuficientes y con poco entusiasmo para seguir trabajando.

Es cierto que al ser jubilados pasarían a cobrar sus pensiones, que hemos de suponer en principio suficientemente dignas y si no lo son entramos en otro tema que es la financiación y cuantificación de las pensiones.

Resumiendo: El alargamiento de la vida laboral mediante el retraso en la edad de jubilación supone que un importante número de puestos de trabajo no quedará disponible para que entren nuevos trabajadores.

Una alternativa que parece más coherente que la actual situación del mercado laboral y sobre todo con su futuro inmediato sería reducir la edad de jubilación obligatoria y dar acceso a los puestos así liberados a los demandantes hoy en paro, principalmente jóvenes. Parece bastante desacertado mantener bloqueado el acceso a puestos de trabajo a nuevas generaciones alargando innecesariamente la vida laboral.

Los obstáculos, por muchas vueltas que demos a la cuestión son dos: La necesidad de modificar el actual sistema de pensiones basado en una filosofía totalmente obsoleta y financieramente disparatada, y la educación de los ciudadanos en la utilización y disfrute de su tiempo de ocio. No se vive para trabajar, se trabaja para vivir.

Elisa Martínez de Miguel
Junio 2012

martes, 18 de septiembre de 2012

Mujeres Directivas y Empresarias

Publicado en "Equipos y Talentos"
Septiembre 2012

La revolución silenciosa de las empresas del siglo XX fue la participación de la mujer. Y eso es irreversible. Las mujeres, por sus características personales e innatas, están mejor preparadas para liderar las organizaciones en el siglo XXI debido a que son mas abiertas, cooperadoras y están enfocadas a la gente.  La invisible dimensión emocional de las compañías tiene impacto en la organización y en el modelo de negocio. El peso de las emociones en la productividad y los resultados es importante. La emoción colectiva empuja el modelo de negocio en la dirección deseada.

Hoy en día la única ventaja competitiva realmente sostenible en las empresas es tener una estrategia emocional poderosa. Los requerimientos específicos de las nuevas generaciones de empleados ayudan a las mujeres a mostrar que poseen valores añadidos como líderes y que tienen la capacidad de cambiar el estilo de liderazgo de las empresas.

Hay que reconocer que las mujeres, solo por el hecho de serlo, tienen unas capacidades y  habilidades personales, que hoy en día, son indispensables para el éxito profesional y el desarrollo de las empresas.

Las mujeres pueden liderar mejor que los hombres, si no son forzadas a adoptar el estilo masculino y sacrificar sus instintos naturales. La habilidad innata de las mujeres para ser altruistas, orientadas hacia la gente, cooperadoras y abiertas, la aversión al riesgo, paciencia, la colaboración, la participación y la precisión de las mujeres contribuyen a su éxito. Son menos testarudas que los hombres y su mayor dosis de paciencia e intuición juegan a su favor.        

Las mujeres tienen mayor capacidad y conocimientos para introducir en las empresas los cambios necesarios en la economía y sociedad actual. Son mas reflexivas, cuidadosas y consiguen mejores rentabilidades a largo plazo. Además son mucho mas hábiles con el lenguaje a la hora de expresar sus emociones, los hombres son mas agresivos por lo que su estilo de gestión es diferente. (Los datos nos dicen que las empresas que tienen mujeres en niveles directivos obtienen un retorno de la inversión un 35% superior a las organizaciones que nos las tienen).

Pero la mujer directiva o empresaria de hoy en día, tiene que tener en cuenta que tener visibilidad es muy importante. La generación de negocio comienza por la visibilidad. Si eres visible serás creíble y luego rentable. La mujer trabajadora ha aprendido que los contactos en la red son esenciales. Es esencial elaborar tu perfil a la perfección para fomentar tu imagen, promocionar tus conocimientos, habilidades profesionales y transmitir tu personalidad. Hay que tener presente que tu marca puede construir una imagen de confianza.

La cuestión es que fabriques una estrategia de gestión de contactos  que sea coherente y que potencies tu propia estrategia personal. Ahora mas que nunca, las mujeres necesitan relacionarse con otros profesionales para identificar y ampliar su abanico de oportunidades.

Las mujeres que desean desarrollarse profesionalmente deben usar todas las armas que están a su alcance para que la actual crisis económica no las deje en el camino. Una de las herramientas clave que puede usar son las redes profesionales, a diferencia de los hombres, las mujeres trabajadoras crean redes en primer lugar por motivos sociales o personales y en segundo lugar por motivos de trabajo.

Las relaciones que entablan las mujeres tanto personal como profesionalmente son cada vez mas importantes a medida que comienzan a gestionar sus trayectorias laborales en un entorno complicado.

La cuestión es que fabriques una estrategia de gestión de contactos  que sea coherente y que potencie tu propia estrategia personal. Es importante tener unos canales de comunicación directos.

Internet es una puerta para que las mujeres se desarrollen profesionalmente. Las redes profesionales se han convertido en un elemento imprescindible, tanto para encontrar un trabajo en una empresa,  para participar en un  proyecto, o para convertirse en empresaria. Es una plataforma profesional perfecta  para la sociedad de futuro.

Una buena empresaria con un buen producto puede sortear la crisis económica. Son muchas las mujeres que montan su propio negocio para seguir evolucionando profesionalmente, la mayor parte de ellas con éxito.

Todas tenemos intereses y objetivos comunes y podemos aprender las unas de las otras para mejorar en nuestro desarrollo personal y profesional.

Sobre todo, hay que mantener actitudes positivas para enfrentarse a este entorno de incertidumbre laboral que nos ha tocado vivir, muchas profesionales sin trabajo.

Sé realista y optimista acerca del futuro. No se trata de construir castillos en el aire, sino de desarrollar una capacidad de análisis del entorno basado en el realismo positivo sin caer en el dramatismo.

En esta difícil coyuntura económica, para volver al mercado laboral a veces tienes que retroceder unos pasos y después coger carrerilla. Un salario mas bajo, un puesto de menor nivel y un trabajo que implique cambio de residencia son, por este orden, las principales concesiones que están dispuestos a hacer los profesionales para volver al mercado. Uno tiene que ser flexible en sus expectativas.

No te lamentes ni busques culpables. Lo deseable es llegar al punto de inflexión lo antes posible, porque entonces, una vez que has llorado, cuando empiezas a asumir las responsabilidades de lo que te sucede y pasas del victimismo al protagonismo, aceptas tu situación y te adaptas a ella. El estar en un momento puntual sin trabajo es una oportunidad para replantearse la vida.

Define tus prioridades personales y familiares. Perfila objetivos a largo plazo. Tómate un tiempo para asimilar la situación y no tomes decisiones drásticas ni precipitadas. Enfoca tu mente en las alternativas posibles y no en lo perdido. Desarrolla actividades diarias en forma de obligaciones que sustituyan una jornada laboral. Aprovecha el tiempo y prepárate para el futuro, estudiando e incorporando habilidades nuevas que te servirán cuando llegue el momento.

Sé que no es fácil, pero las etapas de crisis deben estar cargadas de optimismo y de proyectos, de valores sociales, innovación, creatividad, impulso y coraje.               

La mujer que desea ser empresaria o directiva tiene que tener criterios firmes, persistencia y compromisos con un trabajo de calidad, día tras día. Todo lo demás será consecuencia.

Elisa Martínez de Miguel

Un Gran Pacto Nacional

Periódica  y reiteradamente, surge el tema de un gran pacto nacional entre las dos fuerzas políticas de nuestro país. Hablemos sobre lo que habría que pactar.

La ley electoral. El sentir de la mayoría de los ciudadanos sobre el actual sistema electoral es desalentador y obliga a elegir una gran mayoría de diputados, senadores y concejales, absolutamente desconocidos, y que responden a ese desconocimiento de sus votantes con una clara falta de compromiso e incluso en cumplir con sus más elementales obligaciones de presencia e intervención en debates y votaciones.  

Las Autonomías: Es  evidente que el actual funcionamiento del sistema autonómico es una catástrofe económica e incluso una rémora para la convivencia social. No decimos que sea una catástrofe la concepción del sistema autonómico sino la realidad en como el mismo se ha plasmado.

La Justicia: Con el actual sistema de selección, elección y promoción de los miembros del actual poder judicial difícilmente puede mantenerse la independencia como característica del mismo.

Y por último, otro tema estrella, la energía: Cualquier planificación del suministro energético de esta nación, como de cualquier otra, requiere para su realización y puesta en funcionamiento un periodo que supera con creces los periodos electorales y que con probabilidad ha de ser recogida por gobiernos de distintos partidos que se sucedan en el poder. No hay plan energético viable que dependa de la puesta en humor del gobierno de turno. Tampoco en esta área parece posible un pacto. La impregnación ideológica de las distintas posturas ante el problema de que España es un país gravemente deficitario en energía y brutalmente dependiente de terceros pasa a segundo término.

Se podría pactar sobre muchos otros temas. No quisiéramos que el único pacto al que se llegase fuese: Tu no levantas las alfombras para ver que hay escondido debajo y yo no lo haré en su momento. Tú no tiras de la manta y yo tampoco tiro. Es decir un gigantesco pacto sobre la tolerancia a la corrupción, que tienen, actualmente, a los estamentos políticos totalmente cuestionados, y que se base en: “hoy por ti mañana por mí.”

La única posibilidad que vemos, para salir del circulo absolutamente vicioso en el que nos encontramos, es que centros de pensamiento civil e independientes, generen, expongan y defiendan las líneas estratégicas de por donde la nación debe ser conducida, y que consigan penetrar, con sus propuestas, y con la decidida colaboración de “los medios”, en el sentir ciudadano y que estos, los ciudadanos, olvidándose de ideologías políticas al uso, exijan a cada candidato compromisos claros antes de votarles, y exijan cumplimientos estrictos de las promesas electorales que en su día se les hayan hecho. Cambiemos nuestro voto sin pudor cuando nos sintamos defraudados o engañados.  Y de momento que no nos mareen más con la necesidad de un gran pacto, que actualmente sólo es posible en un mundo virtual que todo lo aguanta.

Elisa Martínez de Miguel
Enero 2012

La Política como Profesión

La política para algunos es un estado de necesidad, no una pasión o una vocación. Hablamos de la situación, cuasi profesional, que para muchas personas, en el mundo concreto de la política española, es su única posibilidad de mantener una situación económica en el nivel que ellos estiman o desean disfrutar.

 Aquella persona que siente peligrar en forma cierta su actual status económico y por tanto social, sin forma clara de sustituir sus actuales ingresos, se convierte en una persona peligrosa. Es persona proclive a la corrupción en cualquiera de sus múltiples formas, prevaricación, cohecho o tráfico de influencias.

Sin embargo, ciudadanos que se han incorporado a la política desde sus puestos de empresarios, de profesionales, de docentes, o de trabajadores en cualquiera de las posibles actividades existentes, y que mantienen durante un cierto número de años su capacidad de volver a la actividad, que han abandonado durante su tránsito por puestos políticos,  marcharán o verán el término de la actividad política sin el excesivo temor ni angustia que pueda trastocar su sistema de valores inicial.

Dado que es imposible una selección previa de candidatos a los innumerables puestos que suponen el vivir de la “cosa pública”, nuestra Constitución no lo permitiría, es preciso encontrar otro camino que no sea el de una constante amenaza de aplicar a conductas incorrectas normativas penales, que como se viene demostrando son notoriamente ineficaces.

Creemos que la única vía actualmente posible, es la limitación de permanencia en cargos políticos a un número de años no excesivo, ocho años parece un buen límite. Permite que quien tenía una actividad anterior no pierda actualidad en conocimientos necesarios para recuperar el ejercicio de la misma, y minora la expectativa de poder forzar la capacidad de influencias y conocimientos que el cargo, nombramiento o designación pueda proporcionar.

Tengamos en cuenta que cuando la sustitución de quienes encabezan los organismos políticos se produce, una especie de “tsunami” recorre el organismo de arriba abajo, cambian asesores, directores y gerentes de organismos de toda clase,  e incluso los denominados despachos de influencias se cierran y abren. Ello produce una corriente de aire saludable y de purificación del ambiente, que lo más probable es que con un cierto ritmo se vuelva a estropear, pero ocho años son pocos para que se pudra del todo y sólo de eso se trata.

Se me olvidaba: Los capítulos de subvenciones de todo el ámbito estatal, autonómico y municipal sufrirían una depuración inicial totalmente benéfica, que evidentemente  terminará degenerando, pero repetimos ocho años pueden aguantarse y la expectativa de la próxima llegada del término del mandato aleja la esperanza de impunidad.

¿Cómo hemos podido llegar hasta aquí?

Hay quien se pregunta, en estos momentos, como un colectivo con un nivel de vida económicamente resuelto y con holgura, con un trabajo asegurado y sin riesgo de pérdida, con unos niveles de preparación altos, pueden colectivamente tomar una decisión que supone un gravísimo perjuicio para miles de ciudadanos de decenas de países, y que deteriora gravemente la economía nacional. ¿Como considera, este colectivo, que enfrentado al legítimo gobierno de un estado de derecho va a ganar la partida y que se aceptarán sus demandas sin exigirles responsabilidad por el daño causado?

Pues simplemente porque están embalados. La velocidad en un embalamiento no es instantánea, se adquiere y acelera con el transcurso del tiempo, con la acumulación de éxitos repetidos ante una misma actitud, sea esta legítima o ilegítima, hasta alcanzar velocidad suficiente para que los mismos protagonistas ya no sean capaces de autocontrolar la velocidad, se dejan llevar sin medir daños ajenos ni perjuicios propios. Y una vez estrellados se une la sorpresa propia; ¿Cómo hemos podido llegar aquí?, ¿Qué nos ha pasado?.

Pero en nuestra sociedad se están produciendo más embalamientos; que contemplamos crecer y aumentar en velocidad, esperando que se produzca la correspondiente catástrofe. También gran parte del caos económico y financiero que sufrimos se debe a una actitud, que podemos calificar como similar, por parte de entidades financieras que iniciando una marcha en la financiación sin garantía de nuevas viviendas y actividades empresariales, poco a poco pero sin pausa se fueron embalando hasta que la actividad se les fue de la manos.

Y que decir de la corrupción que nos va invadiendo. Indudablemente se empieza con cien y no pasa nada, pero la siguiente operación, ya sea comisión, participación, regalo, fraude, cohecho o prevaricación, es mil, luego cien mil, luego un millón y rápidamente, y ya embalados, alcanzamos las decenas de millones y en estos casos, al conocerse, también nos llevamos las manos a la cabeza. ¿Cómo ha podido ocurrir esto?

Pues todos tenemos parte en la culpa. El Gobierno desde luego, pues para eso le elegimos y le pagamos. Y sobre todo los ciudadanos, somos una sociedad tolerante hasta el suicido social, admitimos en nuestra mesa, aceptamos invitaciones y a veces les sonreímos y hasta hablamos con admiración de ciudadanos que nos consta que abusan de situaciones laborales de privilegio inmerecido. Que siendo conscientes que su situación social se debe al soborno, al cohecho a la prevaricación, les damos lugar en medios televisivos que vemos, en revistas que leemos y se le acepta en fiestas sociales a las que asistimos.

Menos quejarnos, menos sorprendernos y valorar mejor lo que debemos valorar y rechazar con energía lo que hay rechazar, y desde el principio, cuando todavía camina titubeante, pues se acelerará más y más, hasta embalarse.

Elisa Martínez de Miguel
Diciembre 2011

No nos mires, únete

Ante las demandas genéricas de los “Indignados” asentados estos últimos días en las distintas plazas mayores de España, la actitud de la de la ciudadanía ha sido variada, estoy de acuerdo en que probablemente no es la manera, pero es una señal.

No era fácil encontrar quienes desautorizan a los asambleistas contestatarios, en su gran lema, “Esta política no, otra política”. Los carteles, con pronunciamientos ocasionales contra todo lo divino y humano no hacen al caso y no es honesto agarrarse a ellos para descalificar la simiente de algo que es absolutamente necesario.

Si pretendemos que nuestro país sea un lugar en el  que la mayoría de sus actuales ciudadanos y quienes hayan de sucedernos puedan desarrollar en él  sus honestos proyectos de vida, hay que revisar una serie de parámetros que vienen rigiendo nuestra vida política y que ya son permanentemente cuestionados.

Aunque con posibilidad de error u omisión, repasemos algunos de los gritos, en papel, de los autodenominados “Indignados”: “Democracia Real Ya”, “No somos mercancía de políticos ni de banqueros”, “Esta crisis no la pagamos”, “Esto no es una crisis esto es una estafa”, “Sin casa, sin curro, sin pensión y sin miedo”, “Corruptos del mundo venid, delitos veréis prescribir”.

Es absolutamente necesaria una Ley electoral distinta. El ciudadano ha de sentir que aquel a quien vota es un ser próximo, no una línea en un papelito que ni lee. No puede ser que en una ciudad un diputado represente a decenas de miles de ciudadanos y en otra los miles sean por unidades. No puede ser que un partido con la mitad de votos tenga el doble de diputados. No puede ser.

Por desgracia lo que se suele entender como estructura básica del poder en un estado: el poder legislativo, el ejecutivo y el judicial, en España, son mirados de reojo por los ciudadanos, con desconfianza y ello ha de cambiar o el Estado se descompondrá por inasistencia de los ciudadanos.

Hablemos de la corrupción que se denuncia: Quien duda que la corrupción se ha extendido por toda la piel de España y que afecta a la clase política en sus múltiples niveles. Quien duda que el uso y abuso de los cargos públicos, en gastos varios, es un verdadero escándalo que se trata de minimizar.  Quien ignora que la colocación de parientes y amigos en puestos innecesarios, o incluso necesarios, financiados por el dinero de todos es el principal quehacer diario de muchos de nuestros políticos.

Seguramente el actual movimiento,”Democracia Real, Ya”, se difuminará temporalmente, pero no tengamos la menor duda que antes de las próximas elecciones generales reaparecerá y probablemente con más ira y violencia.

Sólo un radical programa de cambios estructurales, que sean creíbles y anunciados por quienes hayan sido capaces de ganar suficiente credibilidad, puede impedir que de salto en salto lleguemos en la ira ciudadana a situaciones de muy difícil control y que afectarán radicalmente al cómo entender la forma de gobernar que hoy disfrutamos.

Elisa Martínez de Miguel
Mayo 2011

Votaremos a los Nuestros

                                  Publicado en "Negocio"
                                                   Mayo 2011

Se avecina el principio de una nueva campaña electoral. Numerosas intervenciones públicas de los distintos candidatos a multitud de puestos. Variadas reseñas en periódicos y revistas. Constante  presencia en la televisión y en la radio; lo de costumbre vamos. Todo ello en la legítima intención de mostrarnos y convencernos, qué decisión tan inteligente adoptaríamos si les votamos a ellos. Tendrán mérito en la argumentación, si esta es original.

Pero también es importante y casi más interesante escuchar lo que dicen los potenciales electores. El cómo, estos electores,  sin estar afiliados a partido alguno, reciben discursos y mensajes y como reaccionan a las diversas ofertas electorales.

No hay frase que más me altere e incluso en ocasiones me preocupe que escuchar, “Yo, naturalmente, votaré a los míos” o si es un grupo: “Nosotros, como es lógico, votaremos a los nuestros”. Se sientan de izquierdas, de derechas, de centro o radicales en el espectro político.

En democracia hemos de votar por los hechos que contrastamos y no por las palabras que escuchamos. ¿Es mucho soñar que un día, al salir  a la calle, camino del centro electoral, el votante diga: Los que están en el Gobierno lo han hecho bien; les votaré. Los que están en el Gobierno lo han hecho mal; votaré a los candidatos de la oposición?

En un país democrático, la servidumbre intelectual, la adhesión incontrastable,  no pueden existir. Y quien sólo vota a los suyos, comete un grave y profundo error, los suyos no existen. Los que llaman suyos sólo son de ellos, de los que piden el voto pero nunca nuestros.

Dicen que como mucho hay un veinte por ciento de la población que es capaz de cambiar su voto de una elección a otra, o que es capaz de tomar la decisión de abstenerse o votar en blanco. Y que este porcentaje es el que decide el resultado. Este grupo son los representantes de nuestra racionalidad y de nuestra libertad. Los que son capaces de decirle a un dirigente político; usted lo ha hecho mal y se va. Y de enviar un mensaje al que llega: si usted lo hace mal, no volveré a votarle, así que cuidado.

Dicen que Aníbal hizo jurar a su hijo: “Odio eterno a los romanos”. Aquí cuando llega la hora de votar  se pretende que se desentierren viejos documentos con filias y fobias que irracionalmente condicionan el a quien se debe votar, se suprime todo juicio racional sobre la gestión realizada o no realizado en el gobierno público, sobre la honestidad dominante o perdida. Sólo sirve el: “es de los nuestros, son los míos”. Creo que todo ello es muy triste y que va en contra del espíritu democrático de una nación.

Elisa Martínez de Miguel

La Obsesión por la Igualdad

Publicado en "Negocio"
Marzo 2011

La obsesión por medir la presencia de la mujer en la sociedad actual, principalmente, por el número de Ministras, Secretarias de Estado Presidentas, Directoras Generales, y Consejeras, es un sesgo social que debiera hacernos meditar en cuanto a las consecuencias del mensaje que trasmitimos, antes de adoptarlo como el mejor posible. Aunque que para sus defensoras nada puede hacer más feliz que llegar a unos ciertos niveles de poder y de reconocimiento social, cuanto más alto mejor, puedo garantizar que tan sólo es el ansia de una minoría.

Una cosa es exigir con toda la energía del mundo, la posibilidad de ocupar el puesto que deseemos si estamos capacitadas para ello. Pero es fundamental luchar por el reconocimiento, en términos económicos, de la aportación al bienestar, estabilidad y desarrollo  de la sociedad en que vivimos, que realizan aquellas mujeres que deciden dedicar su vida, inteligencia y esfuerzo en mantener una unidad familiar, y en este terreno queda mucho por hacer.

No es fácil aportar ejemplos concretos, hoy en día, de mujeres que teniendo las cualidades precisas y exigibles para ocupar un puesto, tanto en el sector público como en el privado, si lo desea y está disponible no pueda alcanzarlo y no lo alcance. Tampoco es fácil que en puestos de igual responsabilidad y exigencia se la discrimine en sus remuneraciones o compensaciones. No se hace.

Donde encontramos la gran discriminación, es en quienes dedican todo o parte de su esfuerzo, a mantener ese núcleo vital que denominamos familia. Una sociedad como la nuestra debe comenzar por valorar el papel de estas mujeres y el reconocimiento y compensación que merecen y dejar a las que optan por dedicarse a ser brillantes, ocupar altos cargos y ganar mucho dinero que sigan peleando, que no tienen ninguna dificultad notable para alcanzar sus propósito si de verdad es que lo desean.

La verdadera batalla que hay que dar en los procesos de equiparación debe quedar enmarcada en el tipo se sociedad en que queremos vivir y en la que queremos que las próximas generaciones se desarrollen. Una sociedad de seres aislados, muy realizados todos, sin traumas ni presiones, sin afectos, bajo la incolora, inodora e insípida capa del Estado que de todos cuida y todo lo resuelve, como ocurre en los países nórdicos, en teórica sociedades modelo, donde el tema de la igualdad no se discute. O quizás entendemos que preferimos que exista ese conjunto de células sociales que denominamos familia, donde nuestra propia realización queda condicionada por afectos que se dan y que se reciben, donde la soledad es casi imposible, y donde existe una asistencia permanente que nos apoya.

La libertad de elegir es fundamental, y aunque pueda herirnos, como principio, la libertad de elegir parte de la capacidad económica de que dispongamos. Esta es la verdadera equiparación que hay que resolver, la independencia y la seguridad económica de todos estos millones de mujeres, y a ello deben dedicarse los esfuerzos de políticos y gobiernos pero sobre todo de las asociaciones civiles que pretenden la sagrada igualdad.

Competimos contra nosotras mismas, no contra terceros.

Elisa Martínez de Miguel

Igualdad ¿Qué quieren las mujeres?

Publicado en "Diario Abierto"
Marzo 2011 

A poco aficionados que seáis a la lectura de novelas policíacas o de intriga, los nombres de Henning Mankell, Johan Theorin, Asa Larsson, Mari Jungstedt, o Camilla Läckberg, sin duda os sonarán. La novela nórdica de intriga es cada vez más abundante y variada. En general son buenas, entretienen, mantienen viva la atención durante toda la novela.

Hoy quiero llamar la atención sobre el entorno vital de sus personajes. Hay un denominador común entre ellos, están solos. Sus emparejamientos han resultado fallidos, conservan una relación distante, educada pero de absoluta indiferencia hacia antiguas parejas. Los hijos, con frecuencia hijos únicos, viven  lejos, en ocasiones no se sabe ni donde ni con quien, en Navidad puede que se reciba una tarjeta o a lo mejor tampoco. Los padres ancianos y retirados viven en un asilo, muy decoroso eso si, y una vez al año se le ocurre a los hijos ir a visitarlos.

Hablamos de esos ciudadanos o ciudadanas que mal comen, caliente en muy pocos casos y que su mejor diversión semanal es beber el sábado hasta el límite para dejar pasar el domingo y reintegrarse el lunes a su trabajo.

Estas sociedades se consideran sociedades modelo. El Estado acude a cubrir toda clase de necesidades, si es requerido para ello. Se goza de una gran libertad para dar a la vida propia el contenido que se desee, y la igualdad entre hombres y mujeres es potencialmente absoluta. Es un modelo de sociedad en que el concepto de familia está arrinconado. Jamás desearía vivir en una de ellas.

Prefiero nuestra sociedad centrada y recreada en torno a una familia. Mantener la existencia de este núcleo vital de nuestra sociedad, requiere mucho, muchísimo esfuerzo y en gran parte este esfuerzo ha venido encomendado a la mujer.

La función igualitaria de hombre y mujer en nuestra sociedad no es discutible. Lo que es discutible es la forma en que dicha aportación, potencialmente igual, se realiza y en que medida es reconocida.

Estos días se ponen en candelero la cuestión de la presencia de la mujer en los altos cargos directivos e incluso en los consejos de administración de las sociedades incluidas en el IBEX. Es cierto, la mujer no alcanza la representatividad que al parecer y según su presencia en la obtención de títulos universitarios, doctorados y “masters”, hoy en día superior a los hombres, le correspondería.

No obstante no se  ha hecho un muestreo de que tanto por ciento de mujeres, que pudiendo obtener dichos niveles directivos o puestos en los dichosos Consejos de Administración aceptarían e incluso que habiéndoseles ofrecido los han rechazado. Conozco varios casos. Un hombre nunca diría que no.

Las mujeres hoy en día, somos absolutamente libres de elegir el como repartir nuestro esfuerzo y a que dedicarlo. No es mas valioso quien se sienta en un Consejo y dedica a ello todo o la mayor parte de su esfuerzo, de su inteligencia, de sus capacidades, en resumen de su vida, que la que dedica el mismo esfuerzo, capacidad e inteligencia en mantener una unidad familiar .

Elisa Martínez de Miguel

La Desamortización que viene

Publicado en "Expansión"
Enero 2011

Mediante un proceso, denominado de desamortización, el Estado enajena bienes públicos o bienes previamente expropiados a particulares. En España durante un periodo, que aproximadamente duró doscientos años, se tuvo abierto un proceso de desamortización que comprendió no sólo bienes de origen eclesiástico previamente expropiados, sino bienes de propiedad pública, en su mayoría de carácter comunal.

Las motivaciones para justificar este extraordinario procedimiento de transferencia de bienes e incluso de reestructuración de la propiedad fueron esencialmente dos: Las necesidades financieras del Estado, amortización de Deuda Publica, que había alcanzado niveles que se consideraron excesivos; Y en segundo lugar; la conveniencia de que propiedades que se consideraban escasamente rentables y que no cumplían adecuadamente su función social de generar riqueza y crear puestos de trabajo pasasen a propietarios más eficaces.

Lo que es cierto es que el Estado resolvió, al menos temporalmente, su problema financiero, con el importe de lo obtenido.

En el momento actual, existen algunas circunstancias que dan que pensar: El déficit público y como consecuencia el endeudamiento del Estado esta alcanzando niveles alarmantes y no claramente sostenibles; La necesidad de reactivar la economía y como consecuencia inmediata incrementar o incentivar la creación de puestos de trabajo, no está claro que no tenga que pasar por un considerable incremento de la contratación pública; La sensación de que el sector público no hace nada útil abordando, mediante su participación a través de entidades con diversa denominación,  actividades en que el sector privado es más eficaz, es permanente y generalizada.

Con este panorama, los medios empiezan a dar pistas sobre: La importante titularidad que el Estado, autonomías y ayuntamientos tienen en bienes inmuebles que podrían sacarse al mercado. Las últimas intervenciones públicas en relación con el Ayuntamiento de Madrid, sugiriéndole paliar su déficit financiero mediante la enajenación de parte de los edificios de su propiedad no es sino una muestra más de esta forma de ir haciendo opinión; Otro sector que entra también en el punto de mira, son las Televisiones públicas autonómicas, deficitarias, pero que en manos de empresas privadas pasarían a ser un gran negocio; también la Sanidad Pública, sector que privatizado y gestionado con criterios de empresa competitiva y rentable se asegura que seria más eficaz y dejaría de ser una carga para los presupuestos públicos, etc.

Como sucedió en su día, los adquirentes serán quienes dispongan de medios financieros suficientes. A algunos no nos parecería mal la privatización de sectores hoy en día públicos, pero en determinadas condiciones, sin que ello fuese a precio de ganga y siempre bajo un órgano de vigilancia serio, que empieza a haber movimientos y hay entidades que no dan “puntadas sin hilo”.

Elisa Martínez de Miguel