miércoles, 14 de noviembre de 2012

¿Que Quieren los Ciudadanos?

Aunque nos parezca, a algunos,  que el nombrar gobernantes ha de hacerse mediante el voto ciudadano, esta fórmula es más reciente de lo que podamos sentir. La mayor parte de los españoles  hemos vivido en democracia,  y de otros sistemas de gobierno, o lo hemos leído en los libros o nos lo han contado nuestros padres. Y quizás el que sea este sistema nuestro único conocimiento sensible, nos hace ser un tanto frívolos al juzgarlo, utilizarlo y someterlo a riesgos de permanencia.

Cuando los ciudadanos no votaban, los dirigentes tenían una tremenda tendencia a conducir al pueblo  hacia la transcendencia. Conceptos como religión y patria se utilizaban constantemente, y símbolos como banderas, himnos, cruces y santos, marchaban al frente de masas que no sabían hacia donde iban. Marchaban tras los reyes, los caudillos, los dirigentes, ungidos por ellos mismos, pero en nombre de lo transcendente.

Pero en un mundo de cultura occidental, esos tiempos ya pasaron; quedan pequeños núcleos, con niveles culturales inferiores, con ancestrales odios sin resolver y en general cultivados por quienes los dirigen, y en base a ello se sigue con la retórica política de hace más de cien años, sin asumir que los ciudadanos, hoy piden otras cosas, ya hartos de transcendencias.

El ciudadano de hoy quiere que a cambio de su voto, de ceder su cuota de derecho a decidir sobre su vida, se le ofrezcan  inmediateces esenciales para poder vivir con calidad y en su libre albedrio, no transcendencias, en definitiva “poder llegar a fin de mes”.

Quiere que se le exponga como va a conseguir un puesto de trabajo, como va a obtener una remuneración suficiente para poder llevar una vida de calidad, o cómo va a poder ejercer su profesión libremente y con un decoro remunerativo. El que se siente con alma de empresario querrá que le cuenten como se generará un ámbito financiero y económico en el que las empresas sean viables y un honesto medio de vida. Y también querrá escuchar cómo se hará para que la seguridad ciudadana sea cierta y para que la Justicia sea eso, justicia en tiempo y forma.

Y todo ciudadano desea, que se le garantice que si él aporta su esfuerzo podrá disponer de una vivienda suficiente, cómo va a ser atendido si caen en enfermedad él o los suyos. Desea saber cómo se le garantiza una educación a sus hijos, según la capacidad de los mismos pero suficiente para el día de mañana encontrar trabajo. Y quiere tener garantizado que cuando llegue el momento en que se deba retirar del mundo del trabajo, disponga de una pensión suficiente y no burlesca que le lleve a la miseria.

Alucina el contemplar que, aun hoy día, hay quienes piden el voto, alzando una bandera y gritando nuestra patria. La patria es todo lo que los ciudadanos piden en trocitos, día a día, cuando piden trabajo, vivienda, enseñanza, sanidad,  seguridad y justicia. Y esto es lo que se debe ofrecer a cambio del voto, explicarlo y en su día cumplirlo.

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